Para el proyecto de esta vivienda se parte fundamentalmente de un contexto en el que la luminosidad del salón y la gran altura de techos toman protagonismo. Nos encontramos inicialmente con una vivienda compartimentada y dividida en pequeñas estancias que coartaban el gran potencial del espacio. Sin embargo, tras la reforma, el resultado es una vivienda constituida por amplios espacios en la que el hall de recibo, el salón y la cocina juegan un papel muy relevante como núcleos de estancia que se conectan visual y funcionalmente.
Como premisa principal, el cliente nos trasladó su gusto por el empleo de maderas naturales en tonos oscuros y se utiliza esto como hilo conductor en toda la vivienda: para el suelo se utiliza una tarima de madera de roble que contrasta con el empleo de las puertas lacadas en blanco en frentes de armario y el color blanco en paredes y rodapiés. Además esta madera natural se utiliza también en panelados de paramentos verticales de separación entre cocina y salón, creando así un ambiente cálido y acogedor y que a la vez potencia la gran luminosidad que preside en la estancia. Para los acabados de cuartos de baño y cocina se recurre al uso de porcelánicos en tonos neutros de color topo para seguir así en las mismas gamas cromáticas y entender el proyecto completo como uno único.