A la hora de realizar el proyecto de reforma integral de esta vivienda el principal reto que nos encontrábamos era conseguir aprovechar mejor los espacios y aportarles amplitud y luminosidad – ya que en el estado inicial existían muchos metros de vivienda que quedaban reducidos a simples espacios de paso – aunque debíamos mantener en gran parte la distribución original de las estancias.
Por un lado, decidimos mantener la cocina en su situación original, pero conectándola con el espacio contiguo a través de unas puertas correderas de cerrajería con vidrios transparentes, de manera que seguíamos manteniendo su independencia, pero conseguíamos descomprimir el espacio y conectarlo visualmente con lo que se convertiría en la zona de comedor.
En la vivienda existía un muro de carga que nos dificultaba la unión este nuevo comedor con el salón, ya que, a simple vista, no podíamos ampliar el hueco de paso para unirlos y aprovechar la gran luminosidad que obtendríamos a través del ventanal existente en salón. Pero en la fase de demoliciones tuvimos una grata sorpresa, y es que descubrimos que en el muro existía, no sólo el hueco de la puerta, si no una gran apertura que anteriormente habían tapiado con un doble tabique que, al no ser estructural, podíamos demoler y conseguir un gran espacio salón-comedor, muy luminoso y funcional.