Tratando de respetar la atmósfera tradicional del local y aprovechando la ola de modernidad y vanguardia del barrio de Chueca, se optó por un diseño que reaprovechara visualmente elementos estructurales como las vigas de madera, aportando al mismo tiempo componentes geométricos en madera originales del edificio que mostraran la identidad del edificio.
La intervención en este local, se ha centrado en todo momento en ofrecer al visitante y comensal un espacio agradable, poco recargado y con tonos suaves que diera amplitud a un espacio tubular con poca capacidad.
El uso de espejos situados estratégicamente en las zonas de más capacidad del comedor aporta la amplitud necesaria para este tipo de espacios y logra el efecto deseado para el visitante que se adentra en el local.
Para la cocina, se han empleado elementos innovadores que permitiesen al personal ofrecer la gastronomía de vanguardia que tenían como propuesta culinaria. La estancia, habilitada con salida de humos y capacidad para un amplio servicio, se ha configurado de manera óptima para facilitar el trabajo diario.