El proceso de construcción de esta reforma integral en Pelayo fue muy especial desde la primera toma de contacto con el cliente. Para nosotros, es requisito fundamental poder empatizar con las personas a las que le vamos a realizar la obra de su vivienda. Entenderlas y comprenderlas para diseñar sus necesidades en el lugar en el que vivirán grandes momentos y de los que nos sentimos orgullosos de poder formar parte.
El potencial de la vivienda
El antes y después de esta vivienda ha sido increíble, ya que detectamos su potencial desde el primer momento, aprovechando muchos de los elementos originales. Cuando nuestro cliente nos llamó para hacer una valoración de la reforma de esta vivienda, pudimos descubrir que la esencia principal de la misma eran los techos altos, las molduras del salón y la carpintería de madera tanto exterior como interior. Recuperar estos elementos, mantenerlos intactos o reutilizarlos, era nuestro mayor reto.
La distribución original consistía en un largo pasillo que distribuía cuatro habitaciones con dos baños y cocina, pero dejaba una estancia que ocupaba gran parte de la vivienda sin ventana directa a calle. Por lo que nuestra mayor apuesta fue trasladar la cocina a ese lugar, comunicándola con el nuevo salón, de tal forma que la zona de día conforma un amplio espacio unido pero separado por el muro de carga construido a principios del siglo XX.