En la reforma de este ático que nos encontramos con una distribución antigua, oscura y muy compartimentada, conseguimos crear un gran espacio muy luminoso con salón-comedor, cocina abierta y comunicado directamente con la espectacular terraza con inmejorables vistas con la que cuenta.
Para ello se demolieron los tabiques que dividían tres dormitorios contiguos, todos exteriores pero bastante oscuros y su lugar fue ocupado por el nuevo salón con cocina recogida en un único frente con una pequeña isla que hace de división espacial al tener integrada sobre ella y en sus laterales unas mamparas de cerrajería en gris forja y vidrio traslúcido, que además de dividir, dan personalidad al espacio.
El elemento principal de este gran espacio es la luz, que entra a través de sus 3 grandes balconeras y desde donde se divisan los tejados del centro de Madrid y la fantástica terraza contigua.